La primer parte de la reseña abarco del viernes 6 de marzo al sábado 7 del mismo mes, A continuación proseguiremos con la segunda parte del relato relativo al domingo 8 y lunes 9.
El domingo despertamos con mejores condiciones climatologícas, un viento decreciente del sur y cielos despejados, repetimos el almuerzo del día anterior, tacos de barbacoa pero con la diferencia de la torrilla, puras de harina, listos y con el estomago lleno abordamos la embarcación, pero tuvimos una mala noticia, el día anterior conseguimos 3 viveros con un total de 300 camarones aproximadamente, solamente usamos la mitad y el resto lo colocamos en un vivero con 20 litros de agua y una bomba de oxigeno el problema fue las pilas que se descargaron durante la madrugada perdiendo la mitad de nuestra carnada viva, para continuar con malas noticias el buen Chuy comento que durante la noche no pescaron camarón por lo que trataría de conseguirnos algunos, revisamos los viveros del día anterior mismos que dejado amarrados de la parte trasera de la lancha para ver si todavía quedaban algunos con vida, grata fue nuestra sorpresa de sumar unos 60 camarones en buen estado. Zarpamos con rumbo a las charangas donde pescamos el día anterior, a las 8 de la mañana tome una vara de barreta que sobresalía del agua en el extremo oriente de un cluster de charangas, de inmediato empezó la acción, múltiples ensartes, truchas de buen tamaña a excelentes.
De forma rápida terminamos con los camarones que nos quedaban, cambiamos a hules que también fueron efectivos sobretodo en arreglo doble, durante este periodo se acerco una panga emparejándose, el panguero de nombre Nicolás oriundo de Veracruz nos saludo y comento que el buen Chuy le había pedido que nos vendiera algo de camarón vivo, con gusto le dimos las gracias por avernos buscado, le compramos unos 100 piezas aproximadamente para el resto del día, nos extraño el color de los mismos ya que el tono era algo rojizo a café y no el tradicional color blanco transparente pero funcionaron de igual forma.
Cambiamos de ubicación, unos 300 metros para de nueva cuenta atarnos a otra charanga el piquete fue intermitente pero las truchas seguían atacando nuestros arreglos compuestos por corchos tipo popers, líder y una tercia al final donde se coloca el camarón ganchado por debajo del cuerno superior en su cabeza para no matarlo, las pocas truchas que nos tocaron en este sitio fueron de dimensiones excelente, sumamente fuertes y peleadoras.
Alrededor de mediodía se paro por completo el piquete y decidimos regresar a comer, calentamos unos tamales de carne apropósito nos supieron a gloria, acompañados de unas respectivas TkT Lites bien frías. Alrededor de las tres de la tarde preparamos el equipo, se checo el nivel de gasolina del tanque del motor de la lancha el cual marcaba poco menos de un cuarto y de nueva cuenta salimos con rumbo a la laguna madre, decidimos pescar una área recomendada por Nicolás el panguero del camarón, salieron algunas truchas pero muy esporádicas, de nueva cuenta cambiamos de posición pero solamente unos doscientos metros, esto fue una sabia decisión ya Víctor engancho una excelente trucha muy pegada a unos varejones, luego le toco el turno a su servidor con otra excelente trucha también pegada a las varas.
El sol bajaba en el horizonte advirtiéndonos de la conclusión del día, tomamos una decisión de concluir la pesca del viaje en la bocana de la barra de caballos, soltamos los amarres para tomar el camino a la bocana la corriente estaba entrando algo fuerte esto tubo mucho que ver con un suceso que nos paso, al terminar del relato lo retomare, llegamos a un remanso o pequeña bahía de media luna que se forma donde comienza la escollera norte de la barra, la claridad de agua era in mejorable de forma inmediata cambie mi arreglo de corcho por un señuelo de la marca Sebile, subimos la lancha al banco de arena y empezamos a tirar sobre el remanso y la línea de corriente, el piquete fue furioso en todos los sentidos, golpe tras golpe truchas, corvinas, macabíes de todo como en botica, Gerardo saco una corvina de buen tamaño con el arreglo de camarón vivió, Víctor tubo múltiples golpes con truchas, desgraciadamente llegamos muy tarde la luz del día se agoto y teníamos que regresar al campamento.
Retomando el suceso, subimos a la lancha, pero Gerardo tubo problemas al tratar de prender el motor, la pila de la marcha ya no quiso funcionar por lo que se encendió el motor de forma manual, esto fue un pequeño aviso de lo que vendría, después de navegar algunos cientos de metros el motor se apaga y todavía nos faltaban unos 700 metros para el campamento, Gerardo evalúa la situación y da la orden, a remar porque nos quedamos sin gasolina, en este momento entra la adrenalina a todo lo queda, nos intercambiamos el remo por algunos minutos pero la corriente nos ayudo a tocar un bajo a unos 100 metros de la horilla de hay en adelante nos bajamos de la lancha y la remolcamos, caminamos 500 metros costeando el banco del canal de la laguna asta estar frente al campamento pero teníamos que cruzar un pequeño canal de 50 metros aproximados para llegar, de nueva cuenta subimos a la lancha tomamos el remo pero Gerardo que se encontraba en la parte trasera de la lancha se le acabo el suelo y no se pudo subir por lo que tubo que patalear un rato asta que arribamos al campamento.
Cenamos unas agujas norteñas, de chuparse los dedos, Chuy nos acompaño y comentamos los resultados del día así como la friega de la remada. El lunes por la mañana empezamos a recoger el campamento y sobretodo la basura ya que es sumamente desagradable arribar a un lugar y encontrarlo totalmente sucio por personas sin conciencia ecológica, con todo arriba de la camioneta enfilamos rumbo a la pesca pero en esta ocasión por el camino de la marisma.
Espero que les haya gustado la reseña, esperen en siguientes publicaciones evaluaciones de equipos y señuelos que utilice en este viaje.
1 comentario:
Guapas fotos
mui bueno relato
peces igualmente guapos
Enhorabuena
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